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viernes, 11 de enero de 2013

El analítico de los Graduados




Y se han graduado los graduados, nomás! La profecía Maya del apocalipsis los encontró unidos, finalmente. Sus dos protagonistas cerraron así un largo período de histeriqueo para abrirse paso hacia el futuro en mutua compañía, mientras el FIN se imprimía en rojo sobre el bucólico punto de fuga que los trasladaría, de una vez por todas, hacia la tan anhelada felicidad de pareja que en lo profundo persiguieran a lo largo de 178 capítulos. Bien, Andy y Loly.
Y hubo también ceremonia de graduación ochentosa para todos, en el Instituto Nacional; con llantos, palabras emocionadas y entrega de diplomas con ánimos encendidos y esperanzados. Menos mal para nosotros! Digamos la verdad, en los últimos meses no hubo reunión que no empezara a disiparse a eso de las 9 y pico, bajo las excusas más diversas... Es que en ese horario Goddzer empezaba a pasear los perros y a tirar los galgos, al cabo de la tanda publicitaria más larga de la que se tenga memoria en los anaqueles de nuestra caja boba. No tan boba, sin embargo, esta vez.

Y en el Gran Rex, el 19 de diciembre, fue el delirio de la popu. Peculiar manera la que ha venido encontrando Telefé de cerrar un ciclo con actores y público en vivo, viendo esta vez en pantalla gigante la última estación del productor underground. Y sí, con gritos de histeria y aplausos y las estrellas bajadando de lujosos vehículos, y pedidos de foto en la alfombra roja y saluditos cómplices fuera de cámara, y todo eso que se estila en un evento devenido palermohollywoodense, ahí estaba.

Ahora, bien... a no dormirse en las mieles del éxito, amigos. Hemos seguido la tira casi por completo, con entusiasmo y también con estoicismo; y transcurrido un tiempo desde su final, estamos en condiciones de brindarles algo que no les han provisto hasta el momento: el Analítico. Certificado con firma autenticada, de ley. Sería bueno que lo lean detalladamente, para poder entender mejor qué fue lo que vimos y poder pensar con más elementos en lo que vendrá.

Veamos, materia por materia:

A: Argumento.

La idea del reencuentro de ex compañeros del secundario, transcurridos veinte años después de la terminar el colegio, es al menos para la TV vernácula algo original. En estos tiempos en que las redes sociales están efectuando revoluciones acerca de la forma en que los amigos - y ex amigos, ex novios, ex proyecto de novios, ex amigovios, ex futuros suegros, ex preceptores, ex profesores, ex compañeros de trabajo, ex todo, bah - nos estamos reencontrando y relacionando, merecía una ficción que se ocupara del tema. Graduados fue eminentemente eso, el relato de una nueva unión entre ex compañeros que se conocieron mucho, y están además nostalgiosos de una época que fue dorada para casi todos los implicados: los años '80. En cuanto a las relaciones entre ellos, la endogamia tuvo fuerza de ley, como suele suceder en ciertas telenovelas.

La calificación de esta asignatura, entonces, va también en función del éxito de público obtenido. Le ponemos un 9. Como para empezar bien. 


B. Evolución dramática:

B.1: El conflicto principal fue el tironeo entre Andy Goddzer (Daniel Hendler) y Pablo Cattáneo (Luciano Cáceres) por el amor de la niña Loly Falsini (Nancy Dupláa), de quien ambos se enamoraran en las aulas del Instituto Nacional, con dispar resultado. En paralelo hubo diversos conflictos secundarios. Uno de ellos incluía la gran intriga de cuándo y cómo se descubrirìa la verdadera identidad de Patricia Longo, ex Jimena Benìtez (Isabel Macedo, actuando con su delgadez natural en el presente, y con prótesis símil obesa en los '80 que, según la actriz, llevaba 3 horas de trabajo colocarse), quien andaba por el mundo actual sola como loca mala, aspirando al amor de su ex verdugo Pablo Cattáneo -el síndrome de Estocolmo, según precisara la psiquiatra Vicky Lauría (Paola Barrientos) al enterarse de ese amor-.
En este sentido, la evoluciòn a lo largo de la tira fue algo reiterativa, sin grandes cambios en cuanto a los trayectos de los personajes. Eso transformó el devenir de la historia graduadera en algo monótono, a veces. Y hacia el final, sucedieron cambios que bien podrían haber ocupado tres meses de tira en lugar de medio capítulo. Velocidad en aumento logarítmico, de pronto! No hubiese sido mejor dosificar?

B.2: La evoluciòn intra capìtulo, por el contrario de lo que fue casi toda la tira, fue velocìsima, hasta vertiginosa. Los protagonistas transcurrían por una serie de avatares que nunca cesaban, incluyendo diversas clases de affaires con personajes secundarios, estrellas invitadas que por lo visto no quisiseron perderse la oportunidad de ser parte del éxito ya asegurado, por lo cual el gancho de un capìtulo a otro funcionó -resúmenes y adelantos mediante- realmente muy bien.

La nota, entonces: B.1, tiene un 6. B.2, un 8. Da 7 de promedio. Sin discusiones. Y mantengan silencio, por favor. Orden en la clase!


C. Verosímil:

Y, buéh... Que haya un Clemente Falsini devenido millonario a causa de su esfuerzo y de su inteligencia y habilidad, reclutando para empleado de su empresa al primero que se le aparece en el cono de visión entre amigos y parientes, sin análisis previo, digamos que... muy realista, no es. Y como esto, tantas otras acciones... La pregunta sería por qué pedirle verosimilitud a una comedia, no? Sin embargo, aún en la tragedia de los acontecimientos que nos dan risa como forma de escape, que las situaciones sean verosímiles es un plus. No demasiado de esta verosimilitud se dio en Graduados.

Lo siento, amigos, pero la nota es un 6. Y siendo buenos. Chito! Sigan en silencio.


D. Continuidad (dramática y visual)

La continuidad ha sido a Graduados como un salto de vallas de las que se superó una mínima, cuasi ínfima parte. Digamos la verdad... Hubo cosas realmente penosas, como tener que ver la barbita de Andy Goddzer intermitentemente, pasando del raso total al crecido de dos días ida y vuelta e ida y vuelta e ida... dentro de una secuencia en la casa de Loly que incluía escenas en diversos decorados, todas contiguas. Tremendo. Y sólo por citar un ejemplo!
Peor suerte incluso que esa sufrieron el peinado y maquillaje de Loly, que por ahí pasaba del abultado con ondas al lacio planchita de una escena a otra, volviendo al ondulado, reiteradas veces en la tira. Y así... La continuidad dramática también sufrió de pronto embates poderosísimos -hablaremos de eso en la materia Dirección-. Que la gente de Underground, productora con años de experiencia, ya, no haya incluido continuistas dentro del extenso equipo de dirección  es algo que no se explica. Una verdadera decisión insalubre. Una aberración. Una lástima,  por qué hacer sufrir así al público?

La nota, en este caso, es un 1, sin rodeos. Y siendo benévola. Ni diciembre, ni marzo, ni previa. A recursar. Y chito, nuevamente.


E. Creación de personajes y actuación

En la tira hubo un equilibrio. El diseño de los dos grupos de graduados diferentes entre sí (Andy-Tuca-Vero, vs. Loly-Vicky-Guille-Pablo) enfrentados en la secundaria y que siguen manteniendo su esencia y sus conflictos 20 años después -y entonces algunos enfrentamientos se morigeran, aunque otros se acentúan- fue un gran logro de los autores (un importante equipo de 7 guionistas liderados por Ernesto Korovsky y Silvina Fredjkes) y de los actores. Las personalidades se complementaron y las cualidades de cada personaje dibujaron un espectro variado, basándose en algunos estereotipos (el canchero descerebrado de la clase, el gay dentro del clóset muy amigo de las chicas, la linda y buena, la gorda que es objeto de las bromas crueles de los demás...), pero luego cada uno tuvo sus cualidades específicas, fruto de la observación inteligente y de la imaginación, de autores y actores.

A pesar de estas virtudes, sin embargo, hubo elementos duros de digerir: Loly, el personaje de Nancy Dupláa, si bien demostraba muchas veces un carácter fuerte, al final fue tan pero tan buena que ni siquiera, luego de enterarse de que el bebé que esperaba Patricia no era de su papá sino ni más ni menos que de su (ex) marido, el enojo no le duró más que medio capítulo. Una bondad a prueba de balas, sin continuidad! No existe gente así, chicos, seamos honestos... Además, la misma María Laura Falsini no era así al inicio del programa. Fue la necesidad del happy ending cercano lo que la hizo actuar de esta forma, quizás?

Patricia (Isabel Macedo), otro de los personajes muy fuertes, por otro lado se vio, como mencionamos, en la compleja tarea de componer a una gorda buena y simpática de 18 años, y a una anoréxica llena de maldad y sed de venganza en sus 40, cada una en un extremo de la misma línea personal. Fue muy interesante ver los dos puntos de su radical carácter interactuar con los demás personajes que se habían mantenido prácticamente igual a lo largo de los años, pero... costó generar los matices intermedios, como para que fuese creíble que esas dos personalidades pertenecieran de verdad a la misma persona. El error no es achacable a la actriz, más bien al grupo autoral.... y a la falta de alguien que cuidara la continuidad!! Sépanlo, Undergrounders.
Por los demás, el planteo de cada caracter fue más benévolo y, a mi entender, uno de los personajes más queribles -y la interpretación de Daniel Hendler fue clave en eso- fue el de Andy Goddzer, que atravesó todas las circunstancias de la tira sin perder nunca de vista sus principios, y ayudando a los que interactuaban con él (su buena disposición fue clave para la subsistencia del debutante Andy Kusnetzoff, por ejemplo). Lo único que lamentamos de ese Goddzer fue que la agresividad hacia su familia muy rara vez encontró un recreo, una rendición, y eso a veces se hizo demasiado lacerante, desde el living de casa.

Luego, al igual que los mencionados, cada protagonista y/o secundario tuvo su cuota de bondad y de maldad (excepto Bety, por Chela Cardales, ¡qué angel del cielo! Todos querríamos una Bety cerca, o no?) De esta forma, construyendo personajes con muchos matices de grises intermedios, se evitó el clásico planteo de telenovela de los buenos versus los malos. Gracias, equipo autoral, por no dejarse caer en la fácil tentación del maniqueo.
De todas formas fue excesiva, por momentos, la carga de maldad que se le brindó desde el libro a algunos personajes.  Daban ganas de pegarle un cross de derecha a la tele con cada maltrato de Patricia (que al final termina siendo más mansita que Lassie con bozal, hm...!) Y fue duro, tambièn, ver a Vicky Laurìa (la estupenda Barrientos) tratar con extrema dureza y crueldad al bueno de Tuca que intentaba cortejarla... No todo el mundo lleva sobre sí la perversidad que ostentan algunos de los vástagos Ortega, eh! Un poco está bien, pero tanto... agobia un poco.
La nota hasta aquí es, por lo tanto, un 8. Y no la discuto, porque ya la expliqué.

En cuanto a los roles secundarios (y es un término discutible, porque algunos arrancaron como secundarios y a raíz de su éxito devinieron protagonistas, y al fin y al cabo la línea que divide a unos de otros es subjetiva) fueron en general descollantes. Empecemos por una, ya mencionada: Paola Barrientos. La chica revelación del año compuso a una psiquiatra con serios inconvenientes a la hora de que sus pacientes se tomaran en serio su encuadre terapéutico, dado su corazoncito blando y su relativamente corta edad... Pero, a pesar de eso, logró objetivos varios desde su consultorio, y ni qué hablar de la influencia que ejerció en el grupo de los graduados. El crecimiento de Barrientos/Lauría hizo devenirla una de las protagonistas, tanto que hasta, en medio de la tira, la hicieron mudarse a un consultorio nuevo, un decorado lo suficientemente amplio y confortable como para que en su sala de espera pudieran suceder los encuentros más elocuentes
entre las dos generaciones de graduados... Chapeau, Barrientos. No sólo por todo lo anterior sino además porque se fumó a lo largo de unos 160 capítulos (esto no ocurrió desde el principio) que su mejor amiga no encontrara otra forma de llamarla más que "gorda". Fue muy molesto ese abuso del epíteto que ejerció la Dupláa, pero Barrientos pareció habérselo tomado con humor y estoicismo... una grande, Paola.   

Marco Antonio Caponi estuvo también brillante, como el hermano algo más inteligente -devenido consejero- del galán tonto que compuso muy bien Luciano Cáceres. Ni qué hablar de los bailes de la Pichila, aunque devinieran un recurso gastado al final, pero de todas formas divertido, y generado por ambos actores.
Mirta Busnelli, como Danna Goddzer, fue enérgica, alegre, coherente y creativa a la hora de ponerse en la piel de esa madre que todo lo provee y que soporta todo lo que venga de sus hijos... mientras pergeña sus ideas para PyMes que nunca florecen, menos la última: su delivery de knishes (queremos probar uno!, Underground habrá previsto el negocio?) Lamentamos que su problema de ludopatía, que bien se esbozó en el inicio, se resolviera de pronto y sin solución de continuidad, porque era una pincelada interesante en el dibujo de su carácter, y en su relación con la familia. Otra vez, la falta de continuidad... 
Roberto Carnaghi, otro grande, fue un digno acompañante de Busnelli, protagonizando algunas escenas de alta emotividad en relación a sus hijos, sobre todo a su hija mujer, así que... le debemos algunas felices lagrimitas, por ahí.
Del clan de los Goddzer nos queda analizar a Gaby, justamente, una Violeta Urtirzberea que dio muestras, una vez más, de una gran ductilidad e histrionismo, e hizo de su personaje uno de los más llevaderos de la tira. Le dio cuerpo a un personaje luminoso de a ratos y muy oscuro por otros, sufriente y a veces también verdugo, sin perder la coherencia. Muy bien por Violeta.
De los más jóvenes, Gastón Soffriti estuvo sólido y querible en la piel del adolescente rebelde que termina teniendo la madurez de la que sus padres carecen, ayudándolos a encaminar mejor sus pasos... notable, lo de Gastón. Otra de las gratas revelaciones de esta tira.
Jenny Williams compuso con soltura a Sofía, una típica adolescente rebelde e histericona, que a lo largo de los capítulos se fue tornando -como personaje- cada vez más insoportable. Sin duda no fue culpa de la actriz, pero verla hacerse la sarcástica dentro de su pequeño puesto en Mac Can, fue... irritante.
Felizmente apareció Natalie Pérez para darle cuerpo y alma a una Luna que amenazaba ser poco querible pero que terminó conquistando nuestros corazones, con su mezcla de desparpajo, libertad y afecto.

Finalmente, Juan Leyrado hizo muy bien lo que sabe hacer, el galán maduro que mantiene el equilibrio pese a todo, y contiene ante la adversidad a los de su clan.
Otra gran revelación fue “El chino” Walter, Chang Kim Sung, quien compuso a un esbirro/asistente/mano derecha (un Schmitters vernáculo, digamos) con una simpatía que lo convirtió en uno de los favoritos del público, y una variedad tan dúctil en el espectro de matices posibles que le permitió actuar desde dentro en innumerables conflictos en la tira.

Vero D'Iorio, la locutora autogestiva que interpretó Julieta Ortega, arrancó dibujando un personaje atípicamente antipático, de esos a quien uno hubiera gustado insultar con ganas en medio de una rave, dado el caso. Afortunadamente, con el correr de los capítulos logró imprimirle a su Verónica algo de dulzura y apertura, con lo cual pudo abandonar la cara de OGT que la dominaba desde el principio. Ella y su personaje se amigaron, en suma. Lo festejamos.
"Rick Astley" Guillermo, por el reconocido Juan Gil Navarro, fue un total hallazgo, ya que compuso un personaje muy lejano a los galanes derritecorazones que eran su sello de origen, y se metió en la piel de un joven moderadamente ambicioso y extremadamente amistoso que salió del closet como pudo, y le fue bien. Aplausos, Juan, que a pesar de su larga ausencia en "Londres" -que debe ser donde quedan los estudios de la nueva novela de Telefé- pudo estar presente para el fina, cerrando su ciclo.
Clarita, la mucama malaonda, por Mercedes Scapola, se las ingenió con cintura para mantener su mal carácter en cualquier circunstancia. Un personaje coherente, al fin y al cabo, que culminó la tira con la cintura engrosada por obra y arte -en la ficción- del Urso (Diego Mesaglio), otro personaje muy querible.
Marito, por Alan Sabbagh, fue otra revelación; uno de esos casos en los que el éxito de público que generó su presencia (fue TT en twitter varias veces) aseguraron su permanencia en la tira, y un devenir de importancia.
Y, finalmente, el Tuca que construyó Mex Urtizberea se ganó el cariño de todos los espectadores, con su infantilismo que incluía una lealtad a toda prueba. Mex compuso su personaje con gran ternura y le aportó ingenuidad, y fue otro gran éxito.
Los invitados que pasaron por el programa fueron numerosos y de renombre, nadie se quiso perder la oportunidad de pertenecer a ese elenco! No vamos a analizarlos aquí porque sería largo, pero digamos que, en líneas generales, fueron un buen aporte.   

Por lo tanto, la nota aquí es un 9. Merecido! Promediando con el puntaje anterior, en esta materia obtienen un 8,50. Nada mal, eh. Vieron que soy buena, cuando quiero?


F. Diálogos

Tuvieron inteligencia y dinamismo. Nos preguntamos cuánto de esto se debe a los autores y cuánto a los actores... Sea como fuere, hubo ingenio y elaboración.
La nota es, también un 9. Porque 10, como decía un ex profesor, sólo lo pone Dios.


G. Arte

Los decorados realistas y diseñados desde el buen gusto, fueron ambientes ideales para que los actores pudieran jugar a piaccere. La casa de los Goddzer tuvo matices logrados, como por ejemplo la pieza de Andy colmada de posters ochentosos -un detalle más con el que quedaba plasmada la intención de Sebastián Ortega, el director general, de darle un carácter a lo Peter Pan a sus criaturas catódicas, empezando por el protagonista-, o la cocina setentosa que no hubo presupuesto para renovar.

La oficina de Clemente Falsini y sus aledaños también fue funcional, su boisserie creíble, sus fondos aptos para la imaginación y sus ambientes con cortinas rebatibles ideales para juegos de escondidas y exposiciones. Es evidente que tras el diseño y la realización escenográfica hubo un equipo con experiencia, que supo hacer bien las cosas.
Le ponemos un 10. Este es un momento de corazón blando. Y, sí.


H. Iluminación

La luz, la verdad sea dicha, encontraba escollos a la hora de definir qué momento del día era, y muchas veces tuvimos que hacer esfuerzos para saber si una escena era diurna o nocturna. Obviamente, también en este rubro se notó la falta de alguien que se encargara de la continuidad. Una lástima, porque la iluminación en sí nunca fue mala, ni desagradable: anduvo por el andarivel de lo correcto. Y se destacó en ciertas situaciones, por ejemplo la escena clave de amor entre Andy y Loly en el (supuesto) Italpark, un momento muy logrado de la tira.

Por la falta de diferencicación clara entre luz noche y luz día, fundamental en una tira, le bajamos la nota a un 5. Y sin excusas, que las excusas no se filman. Ni se graban.


I. Dirección

Las actuaciones, como hemos dicho, fueron muy buenas (algunas, excelentes) y las cámaras nunca molestaron. Hubo escenas concretas divertidas desde la puesta: cada vez que se encontraban Andy Goddzer con la dupla de los hermanos Cattaneo, la tensión entre uno y otros se manifestaba con una serie de planos y música a lo western. El resultado era gracioso y tenso, a la vez. Ver los puños apretados, la distancia respetuosa en la aparente inmovilidad, cuando la procesión va por dentro y la bomba está a punto de estallar... Hubo otra genialidad, la escena de un reencuentro entre Gaby Goddzer y Marito, en casa de Danna: Marito se iba sigilosamente acercando a ella -mientras el resto de las familias de ambos festejaban Rosh Hashaná (el año nuevo judío) en torno a la muy bien surtida mesa del living- y Gaby se mantuvo siempre en primer plano, de espaldas a Marito pero relojeando la aproximaciòn de su pretendiente con aires de diosa romana que está por recibir el rayo de su reivindicación. Un plano secuencia en mano que fue realmente un hallazgo! Exceptuando estas cosas, no hubo demasiadas sorpresas al respecto de la puesta que, en la totalidad, no tuvo errores.   

Por lo tanto, vamos a dar a los directores por aprobado. Peeero... como las faltas de contininuidad pueden achacarse también a ellos, bajamos el puntaje. Queda un 6,50. Una làstima... nos vamos a tener que ver en diciembre. Del 2013! Tienen tiempo suficiente para replantearse cosas. Si quieren, claro. Piénsenlo.



J. Ubicación

La oficina de Clemente Falsini y su entorno en Mac Can fue como dijimos muy funcional, aunque nunca pudimos saber si quedaba en Puerto Madero, Belgrano, Martínez, Olivos o dónde cuernos. Lo mismo pasó con el resto de los sets, a decir verdad, y eso fue un punto flojo: se mencionaban direcciones en Palermo (bares cercanos a las oficinas de Underground a los que se debían favores?) pero, a la vez, veíamos reunirse a los ex adolescentes, perros en mano o no, en una plaza con el rìo de fondo (?) y por ahí se hablaba de cruces de calles que quedaban en Núñez. Eh?? Digamos, la ubicación geográfica del barrio de la tira -y por ende del Instituto Nacional- nunca estuvo clara, y eso no nos gustó. Porque si el ser humano no puede ser ubicuo, tampoco deberían serlo los personajes que el ser humano crea. Es ley de Dios. Dendeveras.

La nota, entonces, es un 4. Y no la bajo más para no ser más mala que Patricia Longo con ataque de hambre, vieron.


K. Calidad del revival

Digamos que desde el vestuario, el peinado y el maquillaje, la reconstrucción de época fue muy acertada. Los que fuimos también adolescentes en ese perìodo nos sentimos plenamente identificados con algunos hits ineludibles a la hora del revival: el Italpark, Feliz Domingo... Eso sí, tocó que en algunos planos del parque de diversiones se viera de fondo la basìlica de Luján, un detalle (allì es donde están actualmente instalados los viejos juegos del parque de la ex Zanon); o también que en una reunión picniquera de finales de la serie, el actor invitado Marley y Julieta Ortega hablaran del tiki-taka como si fuera un invento reciente (en una escena del '89), cuando ese juguete del demonio llegó a la Argentina antes del '82! Memoria, chicos, memoria...

De todas formas, fue lindo ver a Charly, Fito, Fabi Cantilo, Los Pericos, Los Twist, cantando en vivo aquellos hits que tanto marcaron nuestra adolescencia. A veces, estos revival y su entrecruzamiento con el presente nos aportaron felicidad, quién sabe por qué misteriosa razón... Cómo no agradecer, por ejemplo, la venganza efectuada por Victoria Lauría contra el mismísimo Silvio Soldán, en su consultorio! Esa vez hubo aplausos en la platea, confesamos.
Por lo tanto, vamos a considerar los errores pero sobre todo valorar los aciertos. El revival se ganó un 9,50 (sí, existe el medio punto, en esta institución se permite).


L. Producción

Un gran acierto de este área fue encontrar algunas locaciones en exteriores que ayudaron al realismo de forma intensa: la casa de Patricia Longo / Clemente Falsini, la mansión de Tuca con su gran pileta, los lugares adonde fueron los graduados en los '80 (Bariloche inclusive!) Dio la impresión de que el presupuesto estuvo generoso en este punto, en suma. Además, se notó un buen clima en el elenco, en donde los actores se fueron ayudando entre sí, en vez de competir -cosa que a veces sucede, y es nociva-. Suponemos que hubo, entonces, un entorno amable de trabajo tanto para los que estuvieron delante de cámaras como para los que estuvieron detrás, cuyo humor y espíritu es siempre determinante a la hora de obtener buenos resultados. Punto ganado para la producción, entonces.

Pero algo que fue sí molesto fue la cantidad de extras que hubieran debido ser bolos menores -cambian de categoría y cobran más si dicen algún texto-, que no podían responderles a los actores, o interactuar con ellos más que con silenciosos gestos. Un aporte más al inverosímil que, la verdad, queda fulero... Muchas tiras suelen adolescer del mismo defecto, pero teniendo en cuenta el descollante elenco de Graduados, creemos que fue una política desacertada no destinar algo más a la posibilidad de palabra de ciertos extras. Las mismas chicas lindas de la recepción de Mac Can, por ejemplo, demoraron unos 50 capítulos en poder decir un "hola"! Undergrounders: el cocodrilo queda mucho más elegante en la chomba, que en el bolsillo.
En fin. Calificando, sopesando e intentando ser justos, ponemos un 8. Porque sí nos otorgamos el don de la palabra, también de la calificación y además de lo que se nos cante. Já.   


M. Chivos

Cómo se llenó de PNTs el éxito del prime time telefesco! Joder, es molesto cuando ponés a un actor a decir un chivo y recién después empezás con la escena en sí misma... Y el mecanismo fue siempre el mismo, sin variación. Existe un rol relativamente novedoso en las ficciones, y es el de la persona que se encarga de hacer encajar un chivo, o PNT -publicidad dentro del segmento de contenidos, para los que no conocen el término- en medio de la trama sin que produzca un sobresalto, intentando hacerlo aparecer como algo natural, de manera creativa. O bien en Underground desconocen la existencia de este rol, o bien le dieron muy poca importancia... Lo cierto es que la cosa estuvo más molesta que en telenovela de Pol-ka.

En fin, esperamos que, al menos, a los actores a quienes les tocó protagonizar semejantes engendros dialógicos para vender cafeteras, tostadoras, autos, casas prefabricadas, páginas de internet de compra y venta de usados y otras cuántas cosas más, al memos les hayan pagado un buen dinero! Afortunadamente, los protagonistas se mantuvieron distantes  de esto, pero en algún punto se ve que cedieron (Dany Hendler alabando a la viejita de Speedy, por ejemplo...)
Como sea que fuere, en este caso por ambición desmedida vamos a poner un puntaje negativo, que va a bajar el promedio general bastante. Lo siento.

La calificación del rubro chivos, entonces, es un -2. Pero no se preocupen: como decía mi profesora de latín, la inolvidable Corchón, la calificación negativa promedia como un cero, nomás. Je je je.   


N. Musicalización

Acertada la idea de meter hits ochentosos en todo momento en que se necesitaran, porque de esa forma nos sumergieron en nuestro propio revival a todos... Probablemente haya sido uno de los varios factores que hizo que Graduados nos emocionara y entusiasmara! En esto sí, podemos volver a decir que fue una buena decisión de la producción destinar presupuesto a los derechos de estos temas, que siempre fueron emitidos en su versión original. Y más, editaron dos discos con un compilado de algunas de estas canciones y fueron disco de oro rápidamente… Buen ojo Sebastián Ortega para los negocios, eh!

Una vez más, estamos con el corazón blando y esta asignatura se lleva un 10. Porque si hubo algún desacierto al respecto, preferimos en este momento no recordarlo...

Bien, es tiempo de sumar y promediar. Veamos:

A. Argumento: 9
B. Evolución dramática: 7
C. Verosímil: 6
D. Continuidad (dramática y visual): 1
E. Creación de personajes y actuación: 8,50
F. Diálogos: 9
G. Arte: 10
H. Iluminación: 5
I. Dirección: 6,50
J. Ubicación: 4
K. Calidad del revival: 9,50
L. Producción: 8
M. Chivos: 0
N. Musicalización: 10

El promedio nos da: 6,71.

Es decir: nos vemos en marzo, Graduados. En una de esas.... si hacen las cosas muy bien, el año que viene se lucirán más en el analítico. De todas formas, la nota es buena, eh! Muchos saludos a todos, y que tengan unas lindas vacaciones y en paz.
Y, como dijo Andy Goddzer: listo.